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ABCdario / BCS, A 38 AÑOS DE DISTANCIA

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*38 años de la conversión a Estado
*El libro de Valentín, hoy
Hoy se cumplen 38 años de la transformación de la categoría jurídico-política de la entidad, que pasó en esta fecha, pero de 1974, de territorio federal, manejado directamente por el poder central, a entidad libre y soberana; libertad y soberanía en el marco del federalismo mexicano, que pese a tantos años, devienen conceptualmente de la república federal que en México nació en 1824, y con algunos vaivenes y retrocesos, pero que se ha mantenido, al menos en la teoría.
Como luego se dice: “peor estábamos”. Si nos comparamos con la mayoría de las entidades federales del país que nacieron como tales, desde la independencia nacional y que obtuvieron su carta de naturalización, Baja California Sur, no está más mal que ellas. Pero si comparamos nuestro federalismo con otros países, por lo menos con el vecino del norte, las diferencias son en algunos aspectos, abismales. Y esto no es obra solamente de nuestra historia local, sino de las circunstancias geopolíticas imperantes, el desarrollo económico, la cuestión cultural, las minorías étnicas, la dependencia, los factores reales de poder, etc.
Desde luego hay mucho que reflexionar en esta fecha. Con todas nuestras debilidades y carencias como entidad, nos seguimos sintiendo orgullosos de nuestra historia, de nuestros próceres, de las lecciones de nuestro pasado sudpeninsular, de lo aún paradisíaco de nuestra tierra, de lo que hemos logrado en unos cuantos años en que pudimos romper el anquilosado centralismo, para entrar en otra etapa, tal vez no la realmente deseada, donde la participación y el ejercicio cotidiano de la ciudadanía, nos ha puesto en la antesala de ser actores y constructores de nuestro propio destino; los mismos conceptos por los que lucharon Mauricio Castro, Manuel Márquez de León e Ildefonso Green, Pineda y Mijares ante la intervención norteamericana de 1847; y de la autodeterminación, como lo soñaron Dionicia Villarino, Braulio Maldonado, Félix Ortega Aguilar, Francisco Cardoza Carballo, por mencionar a los más representativos de nuestros pro-hombres, a quienes su amor por esta tierra les ganó, no pocas veces la incomprensión de algunos irreverentes oportunistas, poniéndoles el mote de “románticos soñadores” o”idealistas choyeros”.
Acudimos a nuestro pasado, a nuestra historia, para tomar fuerzas en la inspiración que el presente necesita,- y el futuro también lo requerirá. Y ahí están esas lecciones, esas luchas, para nosotros epopéyicas, por medio de las cuales se defendió la soberanía y se buscó el autogobierno. Quizás para los que aún se sienten fuereños o para los nativos desarraigados, esto no les signifique nada más que un simple idealismo, porque en la ingente necesidad materialista, un puñado de dólares significa más, y se doblan fácilmente, tal cual sucedió en este pasado que rememoramos porque también hubo traidores -siempre han existido- a la patria chica, como decía Jesús Castro Agúndez.
De todo esto, en una apretada síntesis, nos habla el ex líder del Congreso del Estado, Valentín Castro Burgoin, cuya pasión por nuestra tierra rebasa sus vocaciones, en su ensayo ya clásico “El Proceso Histórico de la Conversión de Baja California Sur en Estado”, que hace veintidós años le hizo acreedor al premio nacional de su género, y que habrá de presentar el día de hoy por la tarde, en edición de disco compacto, en el patio cultural del antiguo palacio municipal de esta ciudad.
Y también vemos el presente de una entidad, que aún con la menor población del país, con grandes potencialidades de desarrollo, posee polos pujantes de la economía; pero también que enfrenta serias amenazas como los ambiciosos proyectos mineros de capital extranjero que ahora alzan bayonetas legaloides, aprovechando vacíos, para imponerse, en su terca codicia por el oro; y que se ciernen amenazantes sobre nuestra agua, nuestros montes, nuestra fauna, incluso, sin exageración sobre nuestras vidas. Y volteamos, para todos lados, en 360 grados, y vemos ausencias, omisiones, debilidades en propios y extraños, que ni siquiera levantan la voz. Recordemos: los pueblos requieren líderes, formales e informales, líderes al fin, cuya moral les haga resistir los cañonazos de dólares, y en momentos cruciales, que no se amedrenten ante las amenazas.
Lo que hoy nos pasa en la entidad, ha sido recurrente. Porfirio Díaz arribó al siglo XX con casi toda la península concesionada a consorcios extranjeros, para explotar recursos naturales comercialmente valiosos en aquella época; ya sabemos como terminó. Felipe Calderón termina su cuestionado sexenio, con más de ochenta mil muertos, quizás no por su exclusiva culpabilidad, pero exacerbada por sus decisiones de gobierno, circunstancia nacional agudizada por una política tan errática que le costó a su partido perder el poder. Él y Vicente Fox, son responsables de haber autorizado y entregado concesiones mineras de cientos de miles de hectáreas para que capitales transnacionales, canadienses y norteamericanos, aliados con mexicanos convidados de piedra y cómplices, ahora nos pongan en un grave riesgo a los sudcalifornianos, a nuestro presente y futuro.
Pero ahí está nuestra historia, no solo para que la leamos, sino para que nos sirva de saber y conciencia. Qué tal!