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CON EL DERECHO QUE ME ASISTE

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christopher-alexter-amador-cervantesPor: Raúl Antonio Cota.

Christopher Amador Cervantes, no creo aventurado afirmar que es, actualmente, un excelente director del Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Es manifiesto el respeto que les tiene a sus colaboradores, a los creadores, y al público que asiste y disfruta de los diferentes actos que promueve y coordina.

Su capacitación cultural, que es esencial para su desempeño, comprende, además de preparación académica universitaria, una labor de gran lector, de creador incansable y sumamente imaginativo; autor e innovador en varios géneros: poesía, narrativa, dramaturgia (puesta en escena y autor), reseña, crónica, etc…

Antes de que se sugiriera acaso como factible director del Instituto, se dio espontáneamente a la tarea de rescatar para la memoria literaria de B.C.S. a José Alberto Peláez Trasviña y a Víctor Bancalari, con la edición de libros con selección de textos de su autoría y de hacer un detenido análisis de los textos publicados, desde 1979, en la revista de poesía “La cachora” y gestionar su publicación.

También ha trabajado las ediciones de libros y plaquetes, como la excelente serie “El ruiseñor de Teócrito” que edita, sin fines de lucro, textos breves de gran calidad, en colaboración con su amable compañera Lilián Palacios.

Su sensibilidad hacia la música, al canto, a la danza y a las artes visuales, complementan perfectamente su profesionalización afectivo-sensorial e intelectual.

Su juventud, energía de trabajo, su nula afición a la bebida, al tabaco y a otros vicios, le permite tener una actitud mental abierta y sana, constantemente.

Considero que, como creador artístico-cultural y como promotor, durante más de 30 años, tengo el derecho a sostener que Christopher Amador Cervantes es la mejor decisión que el gobernador del estado ha tomado, en cuanto a este delicado cargo, que descansa en el aliento a la creación artística y cultural, misma que se liga firmemente al desarrollo educativo y por tanto a la formación de valores humanos de solidez y arraigo en el espíritu nuestro.