Pirotecnia Política: “Sé tan pesimista como para siempre tener un plan de contingencia, y tan optimista como para pensar que nunca lo necesitarás.” (Ignacio Javier Ruz Torres)
Una vez más, Baja California Sur fue azotada por un fenómeno meteorológico.
En esta ocasión no se trató de un huracán, fue una tormenta tropical que trajo consigo mucha precipitación pluvial, que rebasó no solo los indicadores que se tienen desde 1933; solo que en esta ocasión provocó más daños materiales y lo más lamentable, la pérdida de vidas humanas.
La lluvia que se registró en Baja California Sur durante el fin de semana, dejó en claro que la anarquía, corrupción e impunidad con la que Los Cabos se desarrolló en los últimos años y que todos los sudcalifornianos, pero principalmente las autoridades federales, saben quiénes son los responsables de tantos asentamientos humanos irregulares, que hoy tiene sus consecuencias en pérdidas de vidas humanas y daños materiales aún incalculables.
La tragedia que provocó la Tormenta Tropical LIDIA sirvió para dos cosas, por un lado evidenciar el mundo de corrupción que imperó principalmente en Los Cabos y que se operó desde las propias oficinas del Gobierno de Baja California Sur (BCS) y desde las pasadas administraciones municipales cabeñas con la complacencia de las autoridades federales, que también tienen mucho que ver en esta caótica situación de lamentables consecuencias; pero por otro, dejó en claro que la unidad del pueblo es posible, que la conjunción de esfuerzos interinstitucionales da resultados y que cuando se trabaja por el bien común, los beneficiados –sobre todo desde la perspectiva de los Gobiernos- siempre serán los ciudadanos que más lo necesitan.
Es miserable pretender sacar beneficios del tipo que sean, pero es evidente que ante una desgracia de tal magnitud, los que menos tienen que asumirse como indignados son los activistas políticos que desde la comodidad de sus dispositivos inteligentes o computadora, se dedican a inundar las redes sociales con información basura, confusa y que solo sirve para las especulaciones, generando vacíos de información por la necesidad de ganar un espacio mediático, que ante la contingencia es lo que menos importa.
Las autoridades Federales, Estatales y Municipales en todo BCS, antes, durante y después de la tormenta, hicieron lo que el protocolo indica con tareas de prevención, información y acciones concretas de evacuación en las zonas de alto riesgo donde existen o existían asentamientos humanos, que en su momento fueron alentados por quienes hoy fustigan a las actuales autoridades.
Hoy hay muertos –oficialmente 6- también miles de damnificados y por hacer, existe una tarea titánica para reconstruir todo lo que se afectó en BCS tras el paso de LIDIA, una tormenta tropical que al igual que el Huracán LIZA, NEWTON, ODILE, IGNACIO, JIMENA y muchos más, han dejado a las regiones con daños importantes.
La tarea de los Gobiernos de ENRIQUE PEÑA NIETO, CARLOS MENDOZA DAVIS y de los cinco presidentes municipales es ponerle número a los daños materiales, pero también es la oportunidad de impulsar políticas públicas preventivas que impidan, que en materia de protección civil se cumplan todos las reglas, con ello en lo subsecuente se evitarían muertes, pérdidas materiales y las tareas anticipadas a fenómenos naturales, serían más efectivas y que las omisiones de Gobiernos o Funcionarios, sean castigadas con cárcel invariablemente.
Habrá que esperar el resumen de los daños que dejó LIDIA en Baja California Sur y estar atentos a la forma en que se desdoblarán todas las acciones para solucionar sus afectaciones; Seguramente habrá historias lamentables o de heroísmo, altruismo desinteresado, pero también habrá historias de corrupción y mezquindad política, eso ni dudarlo.
Ya veremos cuanto tiempo tardan en reconstruir todo lo que se afectó, lo que sí es de reconocer, es que ante el problema y contingencia por un fenómeno natural, nos afloró el espíritu humano y solidario para con nuestros iguales de forma desinteresada; lo político no debe ser impedimento para darle a la gente que lo requiere, más seguridad y atención a sus necesidades; para los Gobiernos la tarea será siempre, encontrar soluciones a los problemas que como en el caso de Los Cabos genera el desarrollo económico; es la clave.
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