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ABC / SIERRA DE SAN FRANCISQUITO

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*Pinturas rupestres
* Uso exclusivo de la Delegada del INAH
* Colección “privada” en su casa en Cabo

Si usted tiene pensado visitar las pinturas rupestres en la sierra de San Francisquito, más vale que lo piense dos veces; primero, porque no será fácil obtener el permiso por parte de la Delegada del INAH, María de la Luz Gutiérrez Martínez, quien en mala hora ha convertido la sierra de San Francisco y el arte rupestre que ahí se encuentra, –que por cierto es patrimonio de la humanidad– en un espacio personal que sirve a sus aspiraciones profesionales y personales, en ese sentido ella decide quién entra y quién sale de la sierra, quién realiza proyectos de investigación y quién no, quién puede trabajar o no en una región donde nadie la quiere, donde los propios rancheros están inconformes y molestos con su comportamiento y forma de administrar los sitios que ellos mismos han cuidado por años, y que ahora son propiedad particular de una funcionaria insensible y abusiva y segundo; porque su ausencia del centro de trabajo no es solo notable sino alarmante, por lo tanto no se atienden los proyectos, rescates, denuncias, no se prestan los servicios de la institución, y no es posible que la ciudadanía pueda verle la cara, es más fácil encontrar al gobernador que a dicha funcionaria.
Si me lo permiten, me atreveré a levantar el “telón” en el que se esconde el sello distintivo en cómo trabaja la arqueóloga y Delegada del INAH en BCS, María de la Luz Gutiérrez Martínez –que muchos llaman la “arqueoloca”, por sus desplantes irracionales–, cuyos rastros más relevantes los ha sintetizado ABCdario en un apretadísimo resumen que hoy compartimos con usted. He aquí, parte de esa “negra historia” que arrastra a lo largo de los últimos cinco años en su desempeño como tal. 1.- Las colecciones que la arqueóloga ha recopilado en sus años de investigadora se encuentran en su residencia ubicada en Los Cabos, es decir fuera de los depósitos oficiales, sin controles administrativos, ajenos a la observación del INAH, sin registro, en riesgo de perderse por el uso personal que ella le da al patrimonio y sin que el propio INAH pueda utilizar esos materiales para difusión, consulta o acrecentamiento de los bienes nacionales. 2.- Violenta los procedimientos de nombramiento de trabajadores y por lo tanto el derecho de todo ciudadano mexicano a aspirar a ser custodio contratado por el INAH, pretendiendo influir en los exámenes de oposición y, así mismo, oponiéndose a todo nombramiento que no le convenga. La señora es conocida como la glotona, se quiere comer todo y en todas partes hace daño. Como lo que acaba de pasar en el examen de oposición de custodio realizado en Santa Martha de La Sierra, donde hizo hasta lo imposible por bloquear a una arqueóloga que no era de sus preferencias. 3.-Los proyectos de investigación del Centro INAH están sesgados a los gustos y provechos de la arqueóloga, por lo tanto, los recursos se destinan a tareas que solo ella decide, de esta forma el trabajo cultural del INAH en el estado se ha empequeñecido. 4.- Destina gran parte del presupuesto de la institución a contratar arqueólogos que le sirven de manera personal y para proyectos propios. Bastaría darse una vuelta por su centro para analizar sus contratos, se sabe, por mencionar un ejemplo, de un arqueólogo que es su secretario particular, contratado por supuesto con presupuesto que se debía destinar a otras áreas de responsabilidad de ese instituto. 5.- De hecho el INAH no cuenta con un plan de trabajo a corto, mediano y largo plazo, sino es así, la convocamos a que lo presente. Al contrario va resolviendo de manera urgente y de bomberazo. 6.- Realiza una mala y corrupta aplicación de los recursos de proyectos aprovechando viáticos, partidas, contratos, recursos destinados a la investigación para darse la gran vida. Muchas veces la administración del propio INAH ha tenido que solventar sus irregularidades administrativas para no entrar en conflictos de mayor magnitud, provocando un desorden administrativo que no aguanta una mediana supervisión o auditoria. De esta manera, cualquiera quisiera ser arqueólogo. Bajo estas condiciones de enorme displicencia y manoteo de recursos en las que se mueve la arqueóloga su profesión se ha vuelto una minita de oro. 7.- Todo ello con la falsa idea que se ha creado de que es la que más sabe de las pinturas rupestres, lo cual deja cuentas muy desequilibradas, ya que después de millones de pesos gastados en sus proyectos de investigación la información que ha aportado es muy pobre, no existen contribuciones distintas a lo que se sabía sobre las pinturas, y sus grandes proyectos son apenas descripciones generales que aportan la ubicación y cierto conocimiento adicional de los sitios arqueológicos, en algunos casos fechas y catálogos que constatan con las que los rancheros habían registrado a su manera, todo ello con deficientes ejercicios metodológicos que nada harían ante una mediana revisión académica. 8.- Se sabe que ha negociado con diversas empresas turísticas los rescates arqueológicos, lo que le ha dejado excelentes dividendos y ha dejado al estado en una situación de enorme orfandad de frente a la conservación del patrimonio. De igual forma con paraestatales, resolviendo en lo oscurito los contratos de impacto ambiental a sitios arqueológicos. 9.- Violenta las condiciones generales de trabajo en sus oficinas, provocando una situación de miedo y violentando los derechos humanos de la gente que la rodea, quienes no se manifiestan por temor a ser corridos o sancionados. Es conocida en los corrillos del INAH como la “arqueoloca” y 10.- Los espacios bajo sus responsabilidad están en franco abandono, baste ver las condiciones en las que trabajan los empleados en la unidad del INAH en el pueblo de la heroica Mulegé, la manera en que se administran sitios de enorme relevancia como San Borjita, entre otros, el abandono de los museos, las condiciones del sitio de Monumentos Históricos de Santa Rosalía, la perdidas de casas históricas y el impacto del centro histórico en la ciudad capital, las condiciones en que los sitios arqueológicos están en riesgo de perderse a todo lo largo y ancho de nuestra media península, el impacto de lugares emblemáticos como el cerro de la calavera, la destrucción de plazas públicas en los pueblos misionales, la desaparición de sitios con petrogravados, concheros, entierros prehispánicos, la falta de atención a los templos misionales y sus entornos históricos, etcétera, la cuenta es interminable.
Insisto, un apretadísimo resumen muestra el desempeño de María de la Luz Gutiérrez Martínez, como Delegada del INAH en BCS, periodo que coincide con un estado de abandono total de nuestro legado antropológico e indígena que se puede constatar a lo largo y ancho del estado, así como la perdida de valiosas áreas de donde surgió y se recreó nuestra “comunidad de sangre”: Dicho con menos solemnidad, la presencia de la actual Delegada del INAH en BCS ha sido un auténtico desastre en la preservación de nuestra legado histórico del que aún no se levanta un verdadero registro de daños. ¡Qué tal!
Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com