*Idus de marzo
* Descartes en Morena
¡Vaya! que tomó de sorpresas a no pocos Morenitas el traspaleado descarte de Rubén Muñoz por parte de Víctor Manuel Castro Cosio, cuando el autoerigido “hombre fuerte” de Morena en BCS declaró, –sin que nadie se lo pidiera–, “que no había nada para nadie en la candidatura a la alcaldía de La Paz”; pretextando los “tiempos” y las “formas” partidistas al interior de Morena para descartar de facto a su correligionario, y de paso abrirle las puertas de par en par a los “Idus” de marzo que traen “juido” a Rubén Muñoz desde hace rato.
El auto-investido como enlace de López Obrador del movimiento “juntos haremos historia” en el estado, no tardó en regresar a sus clásicos desplantes de izquierdista trasnochado; intransigente, caprichudo, excluyente, sectario, antidemocrático y manipulador. Al inicio de la exitosa aventura lopezobradorista en el estado donde compartía “estelares” con Leonel Cota Montaño y Alberto Rentería Santana, pronto hecho mano de una práctica muy recurrente en la izquierda belicosa, y con ayuda de sus seguidores puso en marcha una silenciosa “purga” en los mandos de Morena al estilo de José Stalin para deshacerse de tan incómodos personajes; muy seguramente pactó con Leonel Cota Montaño para que se fuera a Tabasco a trabajar para el proyecto “juntos haremos historia” porque en BCS no caben los dos, conscientes de que el ex gobernador es el verdadero amigo de AMLO en el estado, y a Alberto Rentería sencillamente lo barrió en la nominación de la candidatura al senado.
De ahí que el cuatropeado descarte que profirió contra Rubén Muñoz –abrogándose atribuciones que no le corresponden– se dio en el seno de esa sorda y descarnizada lucha (purga) que libra para conservarse como el primero y último lopezobradorista en el estado; así es Castro Cosio, siempre fiel a su estilo de hacer política pasando por encima del que se le atraviese, no importa si es del mismo establo; hace unos meses, Pepe Hevia, candidato del PRI a la alcaldía de La Paz, buscó infructuosamente la candidatura al senado a través de Morena; traía buenos números que lo alentaron a reunirse en varias ocasiones con algunos frailes de Morena, al final Castro Cosio lo “bloqueó” porque él andaba en las mismas y por las mismas.
Hoy, en víspera del inicio de las campañas, Castro Cosio trae el “engrudo echo bolas” en todos los frentes; pésimas relaciones con Alberto Rentería; fuertes discrepancias con Alfredo Porras y con su aliado de coyuntura, el dirigente Encuentro Social, sin descartar la presencia de su mano no santa en la no alianza en candidaturas comunes con el PT y ES, así como el veto a Ernesto Ibarra en Morena, y por si esto no fuera poco, con el agua sumamente “batida” con Rubén Muñoz, el aspirante Morenita mejor posicionado hoy por hoy; de seguirse así, metiendo ruido en la acomedida suma de desafectos al interior de la campaña de López Obrador, y estirando la liga hasta donde dé, no se augura nada bueno para el proyecto “junto haremos historia”.
No en balde cada vez son más insistentes las voces que se escuchan dentro y en las laterales de Morena, que piden y claman desconocerlo como enlace de AMLO en BCS, de ahí que la suerte esté echada para el primero y último lopezobradorista en BCS, quien en las primeras de cambio se perdió en un horizonte obnubilado por él mismo con sus clásicos desplantes y arrebatos, justo cuando la política demanda otras actitudes y otros procederes.
Desconocemos si Rubén Muñoz, el aventajado candidato de Morena a la alcaldía de La Paz, registró el traicionero descarte de su correligionario, no así los “Idus” de marzo que gravitan sobre su derredor como aves de malagüero que pronostican un cambio de estafeta en la candidatura de Morena a la alcaldía de La Paz; sí Castro Cosio lo hizo por instrucciones, mal y si por hizo por motus propio, peor. ¡Échense ese trompo a la uña!.
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