Hace tres años, Joel Vargas puso en segundo término los temas relacionados con su partido (PRI) en su campaña, la orientó más a la ciudadanía y ganó; fue el único de las 16 candidatos propuestos por el PRI al Congreso del estado que ganó la elección de mayoría; hoy Enrique “Kiki” Ríos, encabeza una campaña muy competitiva a la alcaldía en Comondú en los mismos términos que lo hizo Joel Vargas en 2015; asumiendo la campaña como un candidato sin marca donde los temas de partido sin dejar de ser importante pasan a segundo término.
Contrario a lo que ocurría hace treinta años cuando la marca del PRI era sinónimo de triunfo, hoy los priístas se la tienen que idear para competir porque la marca no ayuda; cada vez se vuelve más notorio que el PRI como tal ya no tiene el empuje y el jalón de antes, al contrario se ha vuelto una pesada carga para sus candidatos que sin negarlo lo escoden en sus campañas: Increíble hasta donde se ha llegado sin que la dirigencias del partido –nacional y locales– ni los que toman las decisiones hayan movido un dedo para revertir tan desalentadora tendencia: 9 gobernadores exhibidos de corruptos, un presidente que no aplica la ley y que se ha desatendido de su partido agraviando a la militancia, no ayudan; Pepe Meade, candidato presidencial del PRI, “enguerado” en tercer lugar.
En BCS, el PRI sigue de mal en peor, sumido en el peor de los desprestigios sobreviviendo exclusivamente de sus prerrogativas y de las derrotas pactadas; a los priístas poco les importa lo que sucede en su partido, lo que les importa son las candidaturas plurinominales y los rastrojos que quedan en las delegaciones federales potencializados en puestos administrativos inexistentes como ocurre en la delegación de SEDESOL, donde inventaron una “secretaria técnica” a Rosa María Montaño, del staff de Esthela Ponce, para que se “guareciera” en el actual periodo de “estiaje político”; en realidad con este tipo de “priístas” no se puede esperar gran cosa.
Acaban de destapar a Anita Beltrán –un excelente cuadro de probada militancia priista– en el seno de un asqueroso lodazal en la Comisión Permanente; Anita es del staff de Esthela Ponce, dueña y señora que decide la vida y el destino de los priístas sudcalifornianos; autora, beneficiara y promotora incansable de las derrotas del PRI en el estado; el solo destape de Anita Beltrán provocó la ira del grupo de Isaías González Cuevas representado por la CROC, quienes pintaron raya con el PRI y amenazaron con retirarle su apoyo; de ese tamaño es el cuadro de descomposición que priva en el PRI en el estado. ¡Quihúbole!.
Infinidad de ocasiones he platicado con Axxel Sotelo, Ricardo Barroso, Fernanda Villarreal, Susy Aguilar, Juan Alberto Valdivia, Joel Vargas, Jesús Flores, Fabrizio del Castillo, entre otros, conminándolos a que le den forma a una corriente crítica al interior del PRI y generen condiciones para que armen un proyecto político alternativo como ocurrió en el 99 con Leonel Cota Montaño, a fin de que el PRI deje de ser un partido perdedor y se convierta en una opción confiable y creíble para el electorado; un partido sensible a las demandas y reclamos de la sociedad, menos burocratizado, más ciudadano, que asuman su papel de opositor, que se acerquen a la gente y sobre todo que sea un contrapeso ante los excesos y abusos de poder; que dejen de hacer lo que han hecho y siguen haciendo; que sean incluyentes, humildes, sensibles y ante todo, comprometidos, en suma que volteen hacía la militancia, hacia la ciudadanía y dejen de una buena vez sus zonas de conforts.
Mis consejos, al igual que mis sueños, no han tenido mayor repercusión ni trascendencia; mis amigos priístas siguen en lo suyo sin la más mínima disposición a sacrificarse; a mis 60 años sigo siendo un idealista que cree en los sueños, en las aptitudes y potencialidades del ser humano; he leído una y otra vez la biografía de François Mitterrand, Presidente de Francia de 1981 a 1995 (14 años) y no dejo de admirarlo, nada que ver con los que estoy citando, sin embargo, por esa extraña sangre pericú e irlandesa que corre por mis venas sigo soñando y creyendo en un mejor PRI, en un mejor estado, en un mejor mañana. ¡Qué tal!.
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