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ABCdario / AGUA

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En 1987, con el cambio de gobierno, BCS dejo de prescindir del plan hidráulico: En mala hora el estado se aplicó en otras prioridades dejando de lado el tema del agua; la decisión tomada en aquel entonces hoy pone a prueba a los gobiernos frente a un hecho dramático y devastador; no hay agua; con una precipitación promedio anual de 200 litros por metro cuadrado, Baja California Sur es por mucho el estado más árido del país; de esa cantidad, solo 5.7 litros por metro cuadrado llegan a los acuíferos, el resto se evapora o escurre hacia el mar, los mayoría de los acuíferos están sobreexplotados y en no pocos casos, la salinidad se ha hecho presente.
Se planeó sin conciencia y sin visión de futuro; los Cabos, principalmente San José y Cabo San Lucas, demandan agua que no hay y aun así se siguen autorizando la construcción de nuevos hoteles, en La Paz se ha sobreexplotado el acuífero y la disponibilidad de agua es cada vez es más apremiante. En los años 90, cuando se instalaron las primeras empresas agrícolas productoras de hortalizas para exportación en el valle de La Paz, –Carrizal y La Matanza–, advertimos desde este espacio que era una pésima decisión destinar tres cuartas partes del agua para regar sembradíos que al estado ni al municipio le dejan beneficios, salvo subsidiar un desarrollo engañoso que a la larga nos cobraría factura; hecho y dicho, la sobreexplotación de los acuíferos que se alimentan de la sierra de La Laguna, obligan al gobierno a construir desaladoras para terciarla con el agua proveniente de los pozos de Carrizal y los Bledales para el consumo humano, mientras a las grandes empresas agrícolas no les imponen ningún tipo de restricciones.
En el norte del estado donde llueve menos, la falta de agua ha provocado la desaparición de numerosos ranchos y la ociosidad de cientos de hectáreas destinadas al cultivo, en suma, el problema del agua es apremiante en todo el estado. Si se hubiese seguido con el plan hidráulico con obras diversificadas y planeadas estratégicamente donde se producen las mayores descargas pluviales, el problema por la falta de agua sería menos dramático; no necesariamente construir grandes y monumentales represas sino pequeñas obras para la retención de las aguas broncas, los acuíferos se habrían recuperado y el déficit de extracción y recarga sería menor.
Urge que el estado retome el plan hidráulico como prioridad e incluso como política pública dejándolo a salvo de cualquier “cambio de gobierno”, las expectativas no son nada halagüeñas; estamos ciertos, que el mayor limitante que tenemos –y hemos tenido– es el agua, la disponibilidad del vital recurso es determinante para todo y para todos. No sé, porque no soy experto, si taponear los cañones en las sierras, construir gaviones, pequeños represas y ollas con piedras y tierra aplanada sea una opción, lo que sí sé es que urge comenzar hacer algo.
Vale la pena soñar y más cuando los sueños tienen que ver con el futuro cierto de tu estado, en lo que podamos llegar a ser, en nuestros hijos, en la grandeza de BCS; pensar en cómo cuidar, administrar y darle mejor uso al agua, debe ser un buen comienzo para hacer conciencia que sin agua no hay vida, máxime en nuestro estado donde la tierra es generosa y el cielo es el ingrato. ¡Qué tal!.
Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com