Es evidente que la crisis permanente que viven los Ayuntamientos mucho tienen que ver el pago de prebendas como es el caso de los 20 Bonos temáticos mensuales que se entregan al personal sindicalizado del Ayuntamiento de La Paz, cuyo impacto anual en el gasto corriente es del orden de $43,129,210.42 (43 millones 129 mil 210 pesos 42 centavos) entre los que destacan los bonos de «cuesta de enero, apoyo humanitario, prevención múltiple, ajuste de calendario, día de la raza, día de los fieles difuntos, etc.
Veamos; clave concepto y monto; 5401 Bono único $3,710,562.00; 15402 Bono de cuesta de enero $903,583.59; 15403 Bono de reinscripción escolar $1,957,754.53; 15404 Bono de apoyo escolar $903,583.59; 15405 Bono de apoyo familiar $903,583.59; 15406 Bono de apoyo humanitario $903,583.59; 15407 Bono de semana mayor $1,505,968.98; 15408 Bono integral para la niñez $903,583.59 15409 Bono del día de la madre $903,583.59; 15410 Bono de prevención múltiple $903,583.59; 15411 Bono del día del padre $903,583.59; 15412 Bono de fin de cursos $903,583.59; 15414 Bono de útiles escolares $7,280,677.84; 15415 Bono apoyo uniforme familiar $903,583.59; 15416 Bono a jubilados $763,200.00; 15417 Bono de ajuste de calendario $1,820,169.26; 15418 Bono día de la raza $903,583.59; 15419 Bono día de los fieles difuntos $903,583.59; 15420 Bono de apoyo uniformes deportivos $1,807,167.58; 15422 Bono de fin de año $13,440,707.15, que hacen un total de $43,129,210.42 (Fuente: Presupuesto de egresos 2018 del Ayuntamiento).
Conquistas laborales que impactan severamente en el presupuesto limitándoles movilidad financiera e impidiéndoles hacer obra pública, mejorar los servicios de recolección de basura, suministro de agua potable, alumbrado público, seguridad, vialidades, así como atención al medio rural; para que las finanzas públicas operen con disciplina financiera sin gravar o afectar la responsabilidad constitucional que tienen los Ayuntamientos en la prestación de los servicios públicos básicos, la nómina no debe sobrepasar el 40%, siendo que los llamados compromisos ineludibles –pago de sueldos y prestaciones alcanzan el 73%–, de ahí que de cada peso que ingresa, 73 centavos se van a la nómina y solo dispone de 27 centavos para atender los servicios más elementales que otorga y atender el medio rural.
Esto explica más no justifica la prestación de servicios públicos deficientes y en más de las veces, de rezagos en la prestación de los mismos; colonias populares sin agua, alumbrado público insuficiente, pésimas vialidades, descuido de parques y jardines, redes de agua potable y drenaje en pésimo estado, magra vigilancia pública, etc., mientras la nómina crece y crece cada tres años.
En 2015, la administración municipal que está por entregar la estafeta realizó severos recortes de personal que, tres años después, no se traslucieron en el manejo de finanzas sanas, al contrario la carga sigue limitándole movilidad operativa; como se ve los drásticos recortes de personal no solucionaron el problema porque el problema no se atendió estructuralmente, sino que recurrieron a la vieja y socorrida práctica de “quítate tú para ponerme yo”; dan de baja a los priístas que había dado de alta Esthela Ponce, la mayoría con salario mínimo y menos del salario mínimo para dar de alta a más empleados con mejores salarios.
Lo que sucede en la maltrecha economía del Ayuntamiento de La Paz, ocurre en todos los Ayuntamientos del estado, en algunos municipios es mucho más dramático como sucede en Mulegé y Comondú, donde se registran bajas contribuciones. Y tan impacta el problema que varias comunidades de la zona de la pacifico norte tienen varios días sin agua porque les cortaron el suministro eléctrico porque el Ayuntamiento de Mulegé no pagó.
Menudo problema que se tendrá que enfrentar con medidas y decisiones bien pensadas, valoradas tomando en cuenta la realidad económica que impera en el estado; no se trata de recortar personal drásticamente sino de mejorar los ingresos de los municipios ya sea través de una mayor captación de contribuciones o diseñar nuevos esquemas de coordinación fiscal, porque detrás del problema que viven los Ayuntamientos hay otros desafíos no menos dramáticos y de urgente atención como el desempleo y la crisis económica que nos sigue golpeando sin piedad. ¡Échense ese trompo a la uña!.
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