Mal se vieron las autoridades federales, quienes desconociendo las costumbres locales, (¿Usos y costumbres?) allanaron propiedades y decomisaron gasolina a personas que venden este producto en las comunidades alejadas y aisladas de la geografía Sudcaliforniana. Esta práctica tiene muchísimos años, debido a la falta de estaciones de combustible en esas regiones.
En la zona de los Comondús, La Purísima, Las Barrancas y muchos otros lugares, la estación de gasolina más cercana está a más de 100 kilómetros, por lo que rancheros, lancheros y vecinos, adquieren la gasolina con personas que compran el producto, lo transportan –con todo el riesgo que eso implica- y lo venden a quien lo necesita.
Urge que en esas comunidades se instalen estaciones de gasolina. Sí, urge, como también urge que los agentes federales, en lugar de realizar este tipo de operativos, se dediquen a combatir el narcotráfico y la inseguridad que tiene subyugada a la entidad.
Digo.
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