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HISTORIA DEL MALECÓN DE LA PAZ

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Foto Archivo Histórico Pablo L. Martínez

Por Luis Domínguez Bareño
***Cronista Municipal de La Paz.

Efectivamente como señala la estimada Dra. Edith González en su libro sobre la ciudad de La Paz, fue a finales de los años 20´s y principios de los 30’s del siglo pasado en que algunas calles de la ciudad comenzaron a ser impuestas con una nomenclatura de tintes nacionalistas, como un tipo de homenaje a los héroes de la Revolución Mexicana, del período de Reforma, de la Guerra de Independencia y de otros períodos que se buscaba mantener en la memoria colectiva. Bajo esta lógica, es que se le impuso el nombre del Gral. Álvaro Obregón al Malecón de La Paz el día 16 de septiembre de 1928, la cual hasta esa fecha fue conocida como la calle Playa.

Obregón, sin duda alguna, había sido un personaje destacado de la Revolución Mexicana, participando en su natal Sonora en 1912 en combates contra los enemigos de Francisco I. Madero, le tocó dirigir los ejércitos del noroeste cuando la usurpación de Victoriano Huerta, después se mantiene activo en alianza con Carranza y se encargaría de apaciguar a los villistas, se integró en el gobierno carrancista como Secretario de Guerra y Marina, también lo tocó participar en la configuración de la Constitución de 1917, tras los roces con Carranza se lanza a la candidatura a la Presidencia, siendo finalmente Presidente de la República de 1920 a 1924.

Al terminar su periodo, aparentemente se había retirado a negocios agrícolas a Sonora, pero es bien sabido que prácticamente Obregón cogobernaba cuando su sucesor Plutarco Elías Calles ejercía la máxima magistratura del país. En 1926 Obregón se abre de capa y empieza a operar una posible vuelta oficial a la Presidencia, debido a su gran influencia en el Congreso logra que, en el año siguiente, se reforme la Constitución para su posible reelección. Hay indicios de que Obregón visitó La Paz en febrero de 1928 pues un documento de esa época habla de que el Ayuntamiento de La Paz conformaba un comité que estaría encargado de organizar la visita del Gral. Obregón; así como el 23 de abril siguiente se conforma un “Comité californiano pro-Obregón” en La Paz, seguramente este último para operar la campaña obregonista a la Presidencia. El 10 de julio Obregón como único candidato gana las elecciones y se prepara para asumir la presidencia al terminar el período de Calles, lo cual nunca ocurriría pues Obregón fue asesinado el 17 de julio de 1928 en el restaurante “La Bombilla” de la Ciudad de México, a manos de José León Toral. Por investigaciones posteriores, se piensa que hubo más de un asesino, ya que el cuerpo de Obregón presentaba heridas de distintos calibres, las pesquisas conducen al propio Presidente Plutarco Elías Calles, quien en su momento ocultó la información sobre la autopsia y detalles del asesinato.

En La Paz la noticia de la muerte de Obregón afligió profundamente al Partido Californiano Obregonista, pero sobretodo, al Ing. y Gral. Amado Aguirre y Santiago, un antiguo revolucionario muy cercano a Obregón exsecretario de Estado en su Gobierno y quien, de 1927 a 1929, ejerció como Gobernador del Distrito Sur de la Baja California.

La Avenida Álvaro Obregón sin duda es una de las calles o lugares más conocidos de la ciudad, en sus playas se desarrollaron los acontecimientos más importantes de la historia de La Paz desde tiempos prehispánicos, y de las Californias en general. Es conocido que lo que hoy es la ensenada de La Paz era un lugar donde, por su condición de costa cerrada, con gran disponibilidad de alimentos marinos como moluscos, pescados, caguamas entre otros, por eso en tiempos prehispánicos era una zona de disputa entre las culturas pericúe y guaycura, la cultura Conchalitense se desarrolló en la parte que hoy conocemos precisamente como El Conchalito, llegando a ser un lugar sagrado por su condición de lugar de entierros de sólo algunos miembros de las culturas californias. Los acontecimientos más modernos son la llegada de los españoles a partir de 1534, la llegada de Sebastián Vizcaíno en 1596 (quien otorgó el nombre de La Paz al lugar), el lugar del Real de Guadalupe que Kino fundara en 1683, la Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz en 1720, puerto de donde partieron las naves que colonizaron la Alta California en 1769 y puerto de altura a partir de 1829, desde donde se organizaba todo el cabotaje a los distintos puertos del resto de la península y con los puertos del Pacífico mexicano, así como el oeste de los Estados Unidos.

Puerta de entrada y salida de la ciudad, la zona fue conocida como Playa desde antes que se estableciera la capital de facto en La Paz en 1829 y, un año después, el primer Ayuntamiento de La Paz el cual fue reconocido por el gobierno central en 1833 y para 1835 se extendieron títulos y documentos a los poseedores de terrenos frente a la playa de La Paz. Para 1860 hay registros de gran actividad en el puerto paceño, sobretodo de los minerales beneficiados de las minas de San Antonio y El Triunfo que se embarcaban a otros lugares y en 1868 hay registros de que en la playa de La Paz se construían lanchas. Tampoco podemos soslayar la gran actividad de pesca de la madreperla en las costas del Golfo de California, y que desde tiempos del Virreinato propiciaron la entrada a la bahía paceña de armadas perleras organizadas desde la contracosta de Sinaloa y Sonora, actividad que continuó durante la época de la independencia de México y hasta la quinta década del siglo pasado en que el recurso perlífero fue agotado por la sobreexplotación.

Desde mediados del siglo XIX la zona de la playa de la ciudad iba más o menos desde lo que hoy es la calle 16 de septiembre (Antes Arroyo Central, Los Coras, calle Medellín y calle Central) hasta la antigua calle Todos Santos (hoy Nicolás Bravo) y así se mantuvo durante muchos años como los límites de esa calle Playa. Identificada por la actividad comercial que se desarrollaba en el puerto, el principal uso que se le daba era comercial, y en su orilla se estableció la Aduana, hoteles y negocios.

Las actividades de embellecimiento y uso del territorio marítimo-costero para el esparcimiento en la calle Playa no estuvieron consideradas hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando la ciudad experimentó un crecimiento importante, haciendo una regulación del espacio, trazando la condición urbana de la población a la que obligaba el crecimiento poblacional y la división social del trabajo. Cuando la sociedad paceña comenzó a pensar en lugares de recreo y esparcimiento se decantó por la organización de parques, como lo fueron el jardín Velasco (1876) y el desaparecido parque Porfirio Díaz (1896), los cuales fueron los centros donde se desarrolló la vida social y cultural de la ciudad a finales del siglo XIX (en el jardín Velasco se realizaban las actividades de los primeros carnavales de La Paz), circunscribiendo el espacio de la calle Playa (llamada un tiempo calle Gobernador) a las actividades propias del puerto con el ajetreo diario que se tenía en el muelle con la entrada y salida de mercancías. También gran parte de los recursos de gobierno que se destinaban a obra pública iban destinados a la creación y mejora de infraestructura física del tipo necesario para la mejor organización de las labores inherentes a los gobiernos y actividades productivas: Casa de Gobierno, Palacio Municipal, Juzgados, cárcel, cuartel, alineamiento de calles, mercado, muelle entre otros.

Será a principios del siglo XX cuando comenzaría el esfuerzo de que la calle Playa o Gobernador tuviera una mejor imagen y no fuera constantemente invadida por agua del mar producto de las altas mareas o un temporal, por lo que se comenzó a trazar la calle, ensanchando el antiguo tramo del Muelle a la calle Central, con lo que se establecía mejor comunicación con la parte baja pasando el arroyo y donde ya se habían abierto hasta la playa calles que no llegaban hasta ese punto, como lo eran la hoy 5 de mayo y la hoy calle Independencia. Seguramente también, por la época, la llegada de los vehículos de motor a la California mexicana, mostraron la necesidad de incrementar las vías para el tránsito de los mismos, lo cual sin duda ayudó a conformar la zona, en el imaginario colectivo, como un lugar de paseo y recreación para los habitantes del puerto.

Posiblemente por el fin de la paz porfiriana y la agitación social contenida que secundó a la lucha tras el estallamiento de la Revolución mexicana, los aspectos de mejoras y embellecimiento de la ciudad fueron quedando relegada ante el sucederse de distintos gobiernos y facciones que accedían al poder durante corto espacio de tiempo, no dando margen para la realización de proyectos de obra pública. Sería hasta agosto de 1920, con la llegada del profesor nativo Agustín Arriola hijo al Gobierno del entonces Distrito Sur, que se tiene cierta estabilidad tan necesaria para el progreso de los pueblos. Pero quien definitivamente retoma seriamente el asunto del embellecimiento de La Paz fue el Coronel sinaloense Carlos Manuel Ezquerro, Gobernador desde el 20 de mayo de 1925, quien emprendió la construcción del Malecón de La Paz. Se consideró una larga banqueta costera para paseantes a pie, y en la obra se contempló incluir una calzada para vehículos, colocándose grandes arbotantes de cemento armado y tubos de hierro de seis pulgadas para la iluminación, así como bancas también encementadas, las cuales se dice eran de extraordinario atractivo y consistencia; el gobierno de Ezquerro desde julio de 1925 destinó el 2% sobre derechos de importación y exportación para la realización de mejoras materiales, con lo que se pudo hacer de recursos para construcción el gobierno del Distrito Sur de la Baja California, también, a finales de ese año se realizó la compra de cocoteros para plantarlos en la llamada avenida La Playa, al respecto en su conocida obra sobre la Historia de la Baja California, el Profr. Pablo L. Martínez señala que Ezquerro era “un hombre honrado y dinámico”, así como que personalmente fue “testigo de que el dicho gobernante con sus propias manos sembró muchos de los árboles que adornan el paseo”.

Finalmente la obra fue inaugurada con “entusiastas fiestas populares” el 16 de septiembre de 1926, que fueron “apadrinadas por la bella paceña señorita Raquel Tota Moreno”. Pero el sello arquitectónico de la avenida sin duda vendría a ser el kiosko del Malecón, “de admiración y buen gusto para el ya afamado atractivo del puerto-capital La Paz” fue diseñado por el hijo del Gobernador Ezquerro, debiéndose la maqueta al maestro ebanista Julián Galindo y su hijo Manuel, quienes también fueron encargados de construir los moldes para el vaciado de la obra y participaron como aprendices de carpintero el joven Alejandro Cornejo y el profesor Juan Agruel, siendo maestros albañiles los señores Arnulfo Campos y Valente Andrade. Siendo el día de la inauguración del legendario kiosko el día 5 de febrero de 1927, dentro de una fiesta pública donde el acto fue amenizado por la banda de música dirigida por el profr. Gilberto Mendoza y un conjunto musical constituido por alumnos de sexto año y de la Escuela Normal Regional.

En junio de 1927 Carlos Ezquerro tiene que partir a la Ciudad de México a ocupar otro puesto para el que había sido asignado, quedando el entonces secretario de Gobierno Daniel Galindo en La Paz como Gobernador interino, hasta el 1 de noviembre que entrega el Gobierno del Distrito Sur de la Baja California al Ing. y Gral. Amado Aguirre.

Aguirre era un viejo militar revolucionario, de alto rango, ilustrado, y que había ocupado distintos puestos en la administración pública, llegando a ser Secretario de Comunicaciones en el Gobierno del Gral. Álvaro Obregón. Se dedicó a continuar las mejoras en la ciudad de La Paz, además de abrir caminos hacia el sur de la península. Desde principios de 1928 le pide al Sr. J. Recolin, jefe de la planta eléctrica de La Paz, que utilice todo el cable existente para iluminar los nuevos arbotantes del Malecón, por lo que el jefe de la planta le contesta que serán necesarios 8 postes y cable nuevo para lograr la iluminación del paseo costero pues si sacan el cable de los antiguos arbotantes quedaría inservible porque se romperían los forros de plomo que lo rodean. Aguirre ordena que, a través de la Casa Ruffo se consigan los materiales necesarios para el nuevo alumbrado del Malecón que debería estar listo para las fiestas del 5 de mayo. Finalmente, a través de la misma Casa Ruffo, se mandan pedir a la compañía General Electric S.A. en el Paso, Texas los postes, el cable y los focos que hicieran falta. Para junio de 1928 el Sr. Jefe de la planta eléctrica de La Paz le hace llegar al Gobernador la cuenta de los gastos que se realizaron en el nuevo alumbrado consistente en sueldo de 21 días de trabajo para electricista y ayudante, 1000 pies de alambre forro, 2 cajas de cinta, 638 pies de tubo, 252 tuercas, 875 metros de cable forro plomo, 40 cajas de fierro, 5 transformadores 3 KW, 10 pararrayos, 8 postes, 3440 metros de alambre y 80 abrazaderas para tubo. También se recibieron, en donación del Sr. Julián Galindo, algunas macetas de concreto armado que él mismo fabricaba, las cuales fueron utilizadas para adorno del paseo costero de la ciudad.

Tras el asesinato del presidente electo Gral. Álvaro Obregón en julio de 1928, su amigo Gral. Amado Aguirre dispone como homenaje que la entonces avenida Playa de La Paz fuera impuesta con el nombre de Avenida Gral. Álvaro Obregón, siendo el día 22 de septiembre que el entonces Presidente del Consejo Municipal Interino de La Paz, Juan Manuel Castro, hace llegar a la Secretaría de Gobierno del Distrito ejemplar del acta levantada sobre la designación de la Avenida y que dice:

“En la ciudad de La Paz, Capital del Distrito Sur del Territorio de la Baja California, a los diez y seis días del mes de septiembre de mil novecientos veintiocho, reunidos en la esquina que forman las calles 16 de Septiembre y Playa, el C. General Amado Aguirre, Gobernador del Distrito, el C. General Amado Aguirre, Gobernador del Distrito, el C. Licenciado Daniel Galindo, Secretario General de Gobierno, el C. Juan Manuel Galindo, Secretario General de Gobierno, el C. Juan Manuel Castro, Presidente Interino del Concejo Municipal de este lugar, el C. Manuel Quirós Jr., Oficial Mayor de Gobierno, los CC. Mayores Salvador L. Garfias y José Alcocer, el C. Capitán Ingeniero Aurelio Pineda, el C. Teniente Coronel Urbano Angulo, el C. Bonifacio Díaz, Presidente de la Junta Patriótica de esta Cabecera, el C. Ernesto R. Padilla, Administrador de la Aduana Marítima, el C. Carlos G. Pérez Cortés, Visitador de Hacienda del Distrito, el C. José López Coronel, Juez Menor de esta localidad y numerosa concurrencia, el señor Gobernador del Distrito, hizo uso de la palabra declarando en nombre del H. Concejo Municipal y del pueblo de esta ciudad, que hoy diez y seis de septiembre de mil novecientos veintiocho, a las diez horas quince minutos, quedaba designada la Avenida de la Playa, con el nombre de “AVENIDA ÁLVARO OBREGÓN”, como tributo de admiración que la ciudad rendía al Caudillo de la Revolución Social Mexicana.
Con lo que terminó el acto, levantándose la presente para constancia.”

Justamente en este 2018 se estarán cumpliendo 90 años de que nuestro Malecón lleva el nombre del Gral. Álvaro Obregón, expresidente de México, de importantes trabajos revolucionarios y de buenos recuerdos en nuestro dilatado norte mexicano. Tras su asesinato se dio principio al llamado “Maximato” el cual trajo como consecuencia el nombramiento de 3 presidentes interinos de la República, y a nosotros nos dejó un Paseo Costero con el nombre de tan importante personaje en la historia de nuestro país, sin duda bueno sería que, ahora que se realizan trabajos de remozamiento de la Avenida Álvaro Obregón, se deje constancia del 90 aniversario del nombre de tan importante vía orgullo e insignia de nuestro puerto paceño, progresista capital de la California Mexicana.