Sin mayor contento, entusiasmo, esperanza de parte de electores y abstencionistas, avanzan preparativos de comienzo trienal para cabildos, presidencias municipales, diputaciones federal y local, así como de seis años para senadurías.
Quienes terminan su tiempo en los cargos, se van desangelados.
Los del reciclaje – reelección -, no atinan en su andar de pavoreal, a suponer siquiera que deben mejorar y no ser los mismos: Impresentables ante las páginas de la historia del Estado de Baja California Sur.
Los primera vez en el cargo, lejos de lucir una figura social; se desvanecen en la memoria personal y colectiva de una mayoría de las y los habitantes de la entidad Sudcaliforniana, próxima al millón en su población residente.
Ello, ante una reciente elección con sospechas de trampeada, donde el elector dio la vuelta a la página, antes de dormir en la noche – madrugada del día dos de junio del año 2024, para despertar el día 3 del mismo mes, a la salida del astro rey, con la idea que «Ya lo pasado; pasado».
No hubo alegrías ni tristezas.
Sin ponerse de acuerdo el colectivo social en la media península, optaron por el criterio del silencio.
No fue su fiesta; ni su derrota.
El caso, que será la agenda social la que las y los coloque en su justa dimensión. En lo individual, llegan sin legitimidad.
En lo grupal, respetan la línea de mando partidista, de gobierno, de grupos de facto,… Son regidores, presidencias municipales, diputaciones federal y local, lo mismo que las senadurías, de membrete.
En estricto, dirigencias de partidos políticos, legisladores, titulares de ayuntamientos, cabildos y senadurías van por un camino distinto al derrotero de la población Sudpeninsular. Sean del color que sean, son personajes desechables, arrogantes, insultos, sin sentido común incluso.
El mal de todas y todos, es que mienten.
Porque ni saben ni sienten lo que dicen, hacen y aprueban; simplemente porque ni estudian, ni tienen voluntad, mucho menos vocación de luchador social, de auténtico mandadero de la población que es por constitucionalidad, en quien reside el poder soberano en Los Estados Unidos Mexicanos.